In this humble portrait of two young folkloric dancers in México City, Dos Danzas reveals the living cultural traditions of México, though dance, music, family and personal history. With a vantage point from the inside, enveloped in music, dance, color, cultural celebrations, and daily routines of work, Dos Danzas serves as a document about the creative passions of individuals, outside the spotlight. The film explores how folkloric dance can be both a personal connection with one’s indigenous roots. as well as a spiritual release from the challenges of contemporary life. Ivette Castillejos and Abraham Cruz Morales are a couple, raising a young son. They met while dancing in a folkloric dance company. Their primary daily work is selling herbs and botanicals, as part of Ivette’s family business. Both are indigenous. Ivette was born in the Zapotec communities near Juchitan, Oaxaca; Abraham early life was in a Mixteca village in Puebla. Both moved with their families to Mexico City as young children. In Dos Danzas, we follow their lives for 1½ years, as they dance, rehearse, work, celebrate birthdays, holidays with families, return to Ivette’s hometown near Juchitan for a wedding, and we experience the creative choreography of Abraham, as he attempts to form his own dance company. All these connections and influences are common and reveal the tapestry of life for many Mexicans, that, in their case, is expressed in their creaitve work. Dos Danzas is a celebration of culture and creativity among young people with less economic resources, but with energy, drive and passion. It’s the bloodstream of Mexico.
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En este humilde retrato de dos jóvenes bailarines folklóricos en la Ciudad de México, Dos Danzas revela las tradiciones culturales vivas de México, a través de la danza, la música, la familia y la historia personal. Con un punto de vista desde el interior, envuelto en música, baile, color, celebraciones culturales y rutinas diarias de trabajo, Dos Danzas sirve como un documento sobre las pasiones creativas de las personas, fuera del centro de atención. La película explora cómo la danza folclórica puede ser una conexión personal con las raíces indígenas. así como una liberación espiritual de los desafíos de la vida contemporánea. Ivette Castillejos y Abraham Cruz Morales son una pareja, criando a un hijo pequeño. Se conocieron bailando en una compañía de danza folklórica. Su principal trabajo diario es vender hierbas y productos botánicos, como parte de la empresa familiar de Ivette. Ambos son indígenas. Ivette nació en las comunidades zapotecas cerca de Juchitán, Oaxaca; La vida temprana de Abraham fue en una aldea mixteca en Puebla. Ambos se mudaron con sus familias a la Ciudad de México cuando eran niños pequeños. En Dos Danzas, seguimos sus vidas durante 1½ años, mientras bailan, ensayan, trabajan, celebran cumpleaños, días festivos con las familias, regresan a la ciudad natal de Ivette cerca de Juchitan para una boda, y experimentamos la coreografía creativa de Abraham cuando intenta Forma su propia compañía de danza. Todas estas conexiones e influencias son comunes y revelan el tapiz de la vida de muchos mexicanos, que, en su caso, se expresa en su trabajo creativo. Dos Danzas es una celebración de la cultura y la creatividad entre los jóvenes con menos recursos económicos, pero con energía, motivación y pasión. Es el torrente sanguíneo de México. |
